jueves, septiembre 24, 2015

Prípiat (Lugares Inspiradores)

Suena raro decir que Prípiat, ciudad ubicada a pocos kilómetros de la central de Chernóbil, puede ser un sitio inspirador ya que comúnmente pensamos en el mar o en un paisaje hermoso para inspirarnos pero esta ciudad abandonada tras una de las tragedias más terribles que sufrió la humanidad puede inspirarnos de diversas maneras. Por un lado, quizás el más banal, a escribir una historia de catástrofe o de supervivencia; la otra, a no repetir la historia y a considerar otras energías alternativas antes que las nucleares.






Prípiat de hoy es lo que resta luego del desastre de 1986 cuando al sobrecalentarse un reactor nuclear en Chernóbil causó una explosión de manera que una enorme zona quedó inhabitable para muchas especies. Además, la nube radiactiva se extendió a muchos kilómetros de distancia, llegando hasta Italia. Se calcula que son miles de años para que ese espacio se recupere por completo de la radiación. Aún hoy se producen malformaciones y cáncer en los supervivientes, los bosques se enferman y los animales también mueren o crecen con malformaciones terribles productos de mutaciones. Es triste ver el espanto y el horror que somos capaces de crear. Es triste contemplar hasta dónde ha llegado la frontera de nuestra irresponsabilidad.
         El impacto no puede ser medido por completo porque aún hoy día las personas siguen sufriendo enfermedades y muriendo por efectos de la radiación. Quizás, dentro de mil años, si estamos, se podrá evaluar el panorama completo.

 

 


Paradójicamente, esta ciudad fue fundada en 1970 para alojar a los trabajadores de la central nuclear. En unos quince años había prosperado y crecido albergando a unas 40.000 personas atraídas también por las tierras fértiles y el clima benigno. La ciudad contaba con edificios de una estética particular, muy pintorescos. Algunas construcciones que podemos mencionar: Palacio de Cultura de Energetik, Hotel Polesie, Escuela Ténica nº8. Además contaba con guarderías, varias escuelas, cine, cafés y todas las comodidades que tiene toda ciudad. La feria que se observa en varias fotos y videos nunca llegó a inaugurarse ya que estaba planeada la fecha a dos días después de la catástrofe para la fiesta nacional soviética.

Fue evacuada por completo y hoy podemos observar cómo era vivir en la década del ochenta bajo el régimen comunista porque persisten los símbolos, objetos de esa época. Causa impresión observar los muebles, las muñecas, las máscaras de gas, los objetos cotidianos que los habitantes dejaron al marcharse ya que las autoridades gubernamentales les dijeron que volverían en unos días y que sólo se llevaran lo puesto y comida para el viaje.

“Se nos dijo a la población a través de la radio y la televisión que estaríamos fuera solo tres días. La gente salía de casa con cuatro cosas. El carné de identidad, un poco de dinero, un poco de comida y de ropa. Muchas mascotas murieron, perros, gatos, pájaros, porque casi todas se quedaron atadas o enjauladas y los dueños nunca regresamos”. (fuente: elpais.com)

Atrás quedaron las mascotas, todos los objetos que las personas guardan en su hogar, para sus hijos y sus nietos, los álbumes de fotos, la vajilla de la abuela. Es imposible no pensar en la vida propia, en qué haríamos si nos tuviéramos que ir y dejar todo. ¿Sobreviviríamos a toda esa nostalgia?
         La muerte de miles de personas también puede ser silenciosa cuando es el aire el que nos mata. Pensaba en esto cuando miraba las fotos, ese lugar que parece pacífico, misterioso y pensar que flota en el aire un veneno mortífero, respirable, invisible. No es una muerte que se puede dejar atrás. La radiación se pega en el cuerpo y se lleva a dónde una vaya. Es como una condena a muerte, como un tiro silente. Algunos científicos, incluso, expresaron que no podrá ser  habitado nuevamente. Además, no hay qué hacer con los residuos radiactivos. Los restos del reactor de Chernóbil aún guardan elementos altamente contaminantes y están encerrados en una especie de sarcófago de cemento al que se le construyó otro nuevo alrededor ya que el primero sufrió rajaduras por el peso de la nieve. ¿Qué sucederá si acontece una catástrofe natural y ese sarcófago se rompe? Recuerdo el caso de Fukuyima y el planteo, de nuevo, de los riesgos sobre el manejo de la energía nuclear. 







OBRAS PARA LEER

Pripyat ha inspirado numerosas historias. Aparece como contexto en algunas novelas como “El ciclista de Chernóbil” de Javier Sebastián, “Conspiración Chernóbil” de Tkachuk Anatoli, “Diástole” de Emilio Bueso, “Cielo rojo” de David Lozano Garbala. Además se han publicado varios libros sobre la catástrofe como “Chernobil” de Santiago Camacho, “La verdad sobre Chernóbil” de Grigori Medvédev.



 Cierro esta entrada con dos  videos cuyas imágenes han sido grabadas gracias a un dron. El primero es de Danny Cooke y el segundo es de Philip Grossman donde podemos adentrarnos en lo que resta de una ciudad inmersa en una espesa muerte invisible. 





Por Keren Verna

Fuentes consultadas: google maps, wikipedia, wikimapia, Pripyat, ChernobylGallery, elenafilatova, lainformacion.
 



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