martes, diciembre 22, 2015

I love you - Woodkids (Un Clip)



Llegué de casualidad, buscando música al azar, a descubrir a este artista: Woodkid. El primer video que vi fue el de  “I love you”.  Todos los videos de este artista te cuentan una historia en blanco y negro y con imágenes preciosas como si estuviéramos viendo una película. 



Woodkid es un músico, diseñador gráfico francés nacido en el año 1983. Debutó con la canción “Iron”, otra de mis favoritas, en el año 2011 y su primer álbum fue lanzado dos años después: The Golden Age. Para quien guste de los videogames habrá escuchado Iron ya que fue la banda promocional en el lanzamiento de Assasin’s Creed Revelation.


Entre las olas he perdido todo rastro de ti.¿Dónde estás?


La canción I love you forma parte del álbum mencionado.  Me quedé pasmada con los paisajes y buscando info supe que el video fue  filmado en Islandia, esos suelos con arenas tan oscuras no podrían ser mejor marco para el clip. 




Acompaña el modelo famoso, Matvey Lykov, a generar esa atmósfera de angustia y melancolía.







        

Esta canción es ideal para dedicársela a ese amor que no nos atrevemos a encarar. ¿La conocían?





Nota: Las imágenes son capturas del videoclip y fueron editadas por mí tan solo por motivos artísticos y personales

domingo, diciembre 20, 2015

Tras los pasos de Juan Preciado









Esta entrada pertenece a la sección que he llamado Tras los pasos de… donde busco información sobre los lugares que se mencionan en la novelas que he leído. En este caso, será Pedro Páramo de Juan Rulfo.


Juan Preciado había prometido a su madre que iría a Comala a buscar a su padre, Pedro Páramo. Ya hablé de la novela antes comentando sobre mi lectura y las frases que subrayémientras leía. También marqué unos pocos sitios: Comala, por supuesto, Sayula y Contla. Las dos últimas se  mencionan al pasar ya que el escenario principal es todo el pueblo de Comala.

 

 

         Sobre Comala, alguien me dijo que era una ciudad inventada por el autor. Siempre los lugares son obra de la ficción, aún aquellos que existan en la realidad. Si bien la Comala de Rulfo es una construcción ficcional, no obstante podemos encontrarlo en aquellos pueblos mexicanos atravesados por la desigualdad y dominados bajo el poderío de unas pocas familias adineradas. Buscando en la aplicación de Google, StreetView, observé que hoy día hay una ciudad con el mismo nombre.

 


         Según explican en la web de MéxicoDesconocido, Juan Rulfo pensó en llamar a Comala como Tuxcacuesco, un pueblo de Jalisco. Creo que Comala es más recordable y con una pronunciación más musical.
        

Era ese tiempo de la canícula, cuando el aire de agosto sopla caliente, envenenado por el olor podrido de las saponarias.


         En la obra también se menciona a Sayula.





Al menos eso había visto en Sayula, todavía ayer, a esta misma hora.

Sayula es una de las ciudades más importantes de Jalisco. Su nombre proviene de un vocablo náhuatl: Tzaulan, que significa “lugar de moscas”.

 

 

         Fue ocupada por los españoles en 1521 y fundada en ese mismo año, como una ciudad para atraer a los “indígenas” a la conversión al cristianismo, lo que es lo mismo que decir, a doblegarse bajo la corona española. Ya se ha dicho mucho: primero la cruz y luego las armas. La ciudad fue planificada como eran en esa época y aún persisten en sus diseños fundacionales: una plaza grande y central, alrededor la iglesia, la casa de los gobernantes, calles trazadas desde la plaza central y en línea recta.



Por último, se hace mención de otro lugar: Contla.





Siempre lo hacía entrada la madrugada. Iba a platicar con su novia a un pueblo llamado Contla, algo lejos de aquí. Salía temprano y tardaba en volver. 



Al recorrer las calles con StreetView observé que varias casas estaban decoradas con guirnaldas, cintas y adornos en violeta y blanco. No es una costumbre en mi país pero en otros sitios es habitual señalar las festividades católicas de Pascua y Resurrección con esos dos colores, simbolizando el morado a la muerte y el blanco a la resurrección.


Un caballo pasó al galope donde se cruza la calle real con el camino de Contla. Nadie lo vio.





Me encantó el colorido de las casas, esos detalles que las hacen únicas: los moños tristes y negros sobre la puerta, las macetitas de colores, las paredes bajas pintadas de colores vivos. Quizás algún día pueda conocer Sayula. ¿Quién sabe?






Nota: las imágenes pertenecen a Google y fueron editadas por mí tan solo con motivos artísticos


jueves, diciembre 17, 2015

Pedro Páramo - Rulfo (Frases Subrayadas)








En la reverberación del sol, la llanura parecía una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se traslucía un horizonte gris. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más allá, la más remota lejanía.
  

 Era la hora en que los niños juegan en las calles de todos los pueblos, llenando con sus gritos la tarde. Cuando aún las paredes negras reflejan la luz amarilla del sol.Al menos eso había visto en Sayula, todavía ayer, a esta misma hora. Y había visto también el vuelo de las palomas rompiendo el aire quieto, sacudiendo sus alas como si se desprendieran del día. Volaban y caían sobre los tejados, mientras los gritos de los niños revoloteaban y parecían teñirse de azul en el cielo del atardecer. Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer.


Me di cuenta que su voz estaba hecha de hebras humanas, que su boca tenía dientes y una lengua que se trababa y destrababa al hablar, y que sus ojos eran como todos los ojos de la gente que vive sobre la tierra.


Estaré más cerca de ti. Encontrarás más cercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si es que alguna vez la muerte ha tenido alguna voz.


Mi mano se sacudió en el aire como si el aire la hubiera abierto.

  
El reloj de la iglesia dio las horas, una tras otra, una tras otra, como si se hubiera encogido el tiempo.


Afuera en el patio, los pasos, como de gente que ronda. Ruidos callados. Y aquí, aquella mujer, de pie en el umbral; su cuerpo impidiendo la llegada del día; dejando asomar, a través de sus brazos, retazos de cielo, y debajo de sus pies regueros de luz; una luz asperjada como si el suelo debajo de ella estuviera anegado en lágrimas. Y después el sollozo. Otra vez el llanto suave pero agudo, y la pena haciendo retorcer su cuerpo.



Hay aire y sol, hay nubes. Allá arriba un cielo azul y detrás de él tal vez haya canciones; tal vez mejores voces… Hay esperanza, en suma. Hay esperanza para nosotros, contra nuestro pesar.


Había estrellas fugaces. Caían como si el cielo estuviera lloviznando lumbre.


No, no era posible calcular la hondura del silencio que produjo aquel grito. Como si la tierra se hubiera vaciado de su aire.







La lluvia amortigua los ruidos. Se sigue oyendo aún después de todo, granizando sus gotas, hilvanando el hilo de la vida.


Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague.




La entrada con mi lectura sobre este libro en este link

Nota: la foto es de Greg Ortega para Unsplash


lunes, diciembre 14, 2015

Los siete locos - Roberto Arlt (Fragmentos)


 
Foto de Greg Rakozy para Unsplash



Yo soy la nada para todos. Y sin embargo, si mañana tiro una bomba, o asesino a Barsut, me convierto en el todo, en el hombre que existe, el hombre para quien infinitas generaciones de jurisconsultos prepararon castigos, cárceles y teorías. Yo, que soy la nada, de pronto pondré en movimiento ese terrible mecanismo de polizontes, secretarios, periodistas, abogados, fiscales, guardacárceles, coches celulares, y nadie verá en mí un desdichado sino el hombre antisocial, el enemigo que hay que separar de la sociedad. ¡Eso sí que es curioso! Y sin embargo, sólo el crimen puede afirmar mi existencia, como sólo el mal afirma la presencia del hombre sobre la tierra.


domingo, diciembre 13, 2015

Alicia en el país de las maravillas (Mi lectura)

TODOS LOS NIÑOS FEOS DEBERÍAN SER TRANSFORMADOS EN CERDOS



Alicia en el país de las maravillas
Lewis Carroll
Ediciones Terramar
2013
Isbn 9876170123
160 páginas

Todo comenzó la tarde del 4 de julio de 1862, cuando el profesor Charles Lutwidge Dogson (Lewis Carroll), llevó a pasear por el río Támesis, desde Oxford hasta Goldstow, a las tres hermanitas Lorina, Alicia y Edith Liddell. “Tomamos el té en la orilla y regresamos al Christ Church pasadas las ocho y cuarto de la noche. En esa ocasión les conté las aventuras subterráneas de Alicia”, relató Carroll en su diario. Al bajar del bote, la niña le pidió que escribiera para ella ese cuento que acababa de improvisar y que le había impresionado mucho. Ocho meses más tarde estaba terminando el manuscrito que se convertiría en una de las obras más célebres de la literatura universal. Alicia en el país de las maravillas ha sido analizada abundante y sesudamente desde diversas perspectivas. Mucho se ha escrito acerca de su autor, de los simbolismos de la obra, de la lógica de sus sofismas, incluso de las motivaciones psicoanalíticas ocultas en el texto. El hecho es que la “Liebre de Marzo”, el “Sombrerero Loco” y la “Reina de Corazones” siguen deleitando a niños y adultos a más de un siglo de haber sido creados.
  




Exigen un cuento de una voz sin aliento
que ni una pluma puede soplar





Como parte de una propuesta  y como una meta propia de releer clásicos que había leído en mi infancia, terminé de leer Alicia en el país de las maravillas. He, como muchos, leído el libro de niña, visto varias de las versiones cinematográficas y además, jugado a un videogame que desarrolla a una Alicia más terrorífica.

No me resulta fácil hablar de una lectura que comencé con mucha ilusión y con la imagen de mi mamá leyéndome cuando era niña, por las noches, ya metida en mi cama. Inicié esperando hallar las aventuras maravillosas de una niña curiosa y tierna pero a medida que me adentraba en las páginas el abismo entre el recuerdo y el hoy fue más patente. Como mi lectura forma parte de  una opinión, no quiero mentir.
Muy diferente fue releer el clásico ya de adulta. A medida que leía sentía que la Alicia tierna, curiosa y aventurera se volvía una niña insoportable, prejuiciosa y violenta. Se me desarmaba la Alicia de mi infancia y se construía otra Alicia. Esta Alicia ahora es una niña entrometida, dispuesta a dar una patada sin remordimientos, en adular mientras piensa lo contrario, algo manipuladora y con un juicio bastante formado sobre la fealdad y el lugar de la servidumbre.


Alicia en el país de las maravillas, originalmente llamado Las aventuras de Alicia en el subsuelo (Alice’s Adventures Under Ground) fue escrito para un público infantil de unos diez años. Este hecho fue el que más me sorprendió ya que, a medida que leía, pensé que era un libro para adultos con el objetivo de criticar diversos aspectos sociales, como la crianza de los niños. El libro nació, como dice la sinopsis, como relatos contados a Alice Liddell, una niña por quien Lewis Carroll, según se cuenta, sentía una gran fascinación. Leí en una nota que incluso llegó a pedirla en matrimonio, dato que consta en una carta donde la familia de Alice le prohíbe que se acerque a ella. ¿Era común en la época que solicitaran en matrimonio a esa edad? Recuerdo que mi abuela contaba que en su época y mucho antes (hablo de antes de 1920), se casaban a los catorce o quince años y los varones solicitaban la mano formalmente mucho antes al padre de la niña y era el padre quien aceptaba o rechazaba la unión. Considerando que la novela fue publicada a mediados del siglo XIX, creo que deberíamos analizar estos datos a la luz de cómo era el rol de la mujer en esa época, del patriarcado y de la relación entre los géneros absolutamente dicotómicos, algo que hoy nos suena extraño y que leemos con otros ojos, los de nuestra época. Verdad o rumor hiperinflado, dejaré de lado la vida privada del autor y me concentraré en la novela.



Para entender el suceso y la narrativa es lógico considerar la época en que fue escrito, a fines del siglo XIX. Algunos párrafos hoy pueden ser leídos de otra manera, y nos salta encima la palabra “maltrato” o “violencia”. Así se me presentó la escena cuando la duquesa “sacude” a un niño. ¿Cuál es la solución de Alicia con los niños que para ella son feos? Transformarlos en cerdos.  

-Si hubiera crecido –se dijo Alicia-, se habría convertido en un niño espeluznantemente feo; pero, en cambio, como cerdo me parece que resultará bien hermoso.  (…) Y con esta conclusión se puso a pensar en todos los niños a los que sabía que les sentaría bien convertirse en cerdos; y se decía: “¡Si al menos conociera el método de transformarlos”…


Evidentemente, si fuese publicada por un autor contemporáneo creo que sería criticado, sobre todo en un libro orientado hacia niños. Pero es la misma temática de muchos clásicos que ahora se nos presentan un poco violentos y fuera de época. Recuerdo el maltrato que recibe Cenicienta por parte de sus hermanastras y su madrastra, por ejemplo.

-¡Bill! ¡Ven acá! El amo dice que tienes que bajar por la chimenea…
-¡Ajá! –se dijo Alicia-. ¡Con que le ha tocado a hill bajar por la chimenea! Parece que a ese Bill lo cargan con todo. ¡Por nada del mundo querría estar en su lugar! Desde luego que esa chimenea es estrecha, pero me parece que a pesar de todo podré dar alguna que otra patada.
Alicia dobló la pierna y estiró el pie por la chimenea todo lo que pudo, y esperó hasta escuchar que un pequeño animal (no podía imaginarse de qué clase), arañaba y gateaba dentro de la chimenea, justo encima de ella. “Ése debe ser Bill”, se dijo Alicia, le propinó una fuerte patada y esperó a ver qué ocurría a continuación.

*


-Lo que se le antoje –contestó el lacayo, y empezó a silbar.
-“¡Bah! No vale la pena hablar con éste –dijo Alicia desesperada-; ¡es completamente idiota!”

*

…la cocinera apartó la caldera de sopa del fuego, e inmediatamente, comenzó a lanzar todo cuanto caía al alcance de sus manos contra la Duquesa y el niño: lo primero fueron los hierros del fogón; luego, una verdadera lluvia de ollas, platos y fuentes. La Duquesa hacía caso omiso de todos estos proyectiles, incluso cuando la alcanzaban; y en cuanto al niño, aullaba ya con tanta fuerza que resultaba francamente imposible saber si los golpes le hacían daño o no.
-¡Ay! ¡Por favor! ¡Tenga cuidado con lo que está haciendo! –imploró Alicia muy agitada, dando brincos de angustia-. ¡Ahí va! ¡Ése es el fin de su “preciosa” naricita! –gritó al ver que una caldera particularmente grande volaba cerca de la cara del niño y por poco le aplasta la nariz.
-Si la gente no se metiera en lo que no le importa –sentenció la Duquesa-, el mundo giraría mucha más rápidamente.

*
…exclamó la Duquesa, y se puso a arrullar nuevamente al niño, meciéndole en sus brazos y cantando una especie de canción de cuna, cada uno de cuyos versos terminaba con una fuerte sacudida.

Háblale con rudeza al pequeño
Y golpéalo cuando estornuda:
Sólo lo hace para irritarte
Porque sabe que esto te fastidia.

Mientras cantaba la segunda estrofa, la Duquesa tiraba al niño por el aire, recogiéndolo al vuelo y con tal violencia que la criatura aullaba a voz en grito; Alicia apenas pudo distinguir las palabras:

La pimienta al nene
Hace estornudar.
¿No será que el nene
Quiere molestar?

-¡Ven! ¡Tómalo y arrúllalo tú un poco, si quieres! –exclamó la Duquesa mientras le arrojaba el niño a Alicia por el aire.



A algunos pasajes los disfruté mucho como la charla con el gato y el té con el conejo, el lirón y sombrerero. Pensaba en lo surrealista que me resultaba todo y cómo se había adelantado en la época al plantear escenas tan extrañas como tortugas con cabeza de cerdo.
         Algunos pasajes son una sátira de la realeza aludiendo al trato hacia los plebeyos, los juicios y a la práctica de la condena a muerta como “cortar la cabeza”. Los personajes de la nobleza como duques, reyes, se presentan grotescos, con rasgos de “fealdad” ante los ojos de la niña y mutando en formas zoomorfas como mitad humano y mitad cerdo, mitad humano y mitad lagarto.



         Otros pasajes, los que más disfruté, representan escenas de un humor absurdo donde acontecen sucesos extraños y los personajes discuten sobre aspectos que se tornan ridículos y humorísticos, no llegan a entenderse como se puede leer en la escena del té que Alicia comparte con el Sombrerero. En estos pasajes se menciona a esa capacidad para observar la realidad de otra manera como “loco” pero en Alicia aflora el acercamiento a estos otros presentados como “locos” no con maravilla ante un mundo distinto sino con prejuicio.

A mí no me gusta estar entre locos.


La mirada de Alicia hacia ese mundo no es “maravillada” sino despreciativa. Los demás son “feos” o están “locos”. Por ejemplo, baila con una tortuga y un glifo pero en el fondo desprecia el baile. Es decir, miente y es hipócrita o le sigue la corriente porque todos están “locos”. Igual cuando pasea con la duquesa y dice una cosa pero piensa otra. Es interesante, en una segunda lectura, ingresar a las partes donde se expresa que Alicia piensa. El personaje que resulta no es de una niña curiosa y tierna sino de una niña manipuladora, despreciativa y agresiva.

         El libro puede leerse como  una crítica al trato hacia los niños, quizás, ya sospechado cuando Alicia se queja de cuánto la mandan o cuánto le ordenan hacer una cosa u otra.
         Me gustó mucho la forma en cómo incorpora poesía y hasta una poesía visual, donde el poema toma forma de cola de ratón. Me llamó la atención porque había leído que el uso del espacio del papel había sido ideado por Mallarmé pero en Alicia vemos cómo el autor se vale de los espacios para incorporar otros registros.
        
         Para finalizar, como libro para adultos puede funcionar para leer una crítica a la época. Pero Alicia en el país de las maravillas fue escrito para niños y es considerado hoy un libro infantil. Yo recomendaría una lectura de alguna adaptación porque para niños creo que es un libro que ha quedado caduco. He encontrado otras ediciones donde algunos pasajes han sido atemperados. Por ejemplo, la edición de Edelvives.


LITERIGATOS
La escena con el gato es la que más me gustó de todo el libro. Además de este gato, Alicia menciona a su gata.

-No sabía que los gatos de Chestire estuvieran siempre sonriendo; en realidad, no sabía ni siquiera que los gatos pudieran sonreír.





La capacidad de interpretar lo leído es acorde a la experiencia. Cuando niña, la novela me resultó fascinante y quedé enganchada con un conejo que hablaba y un mundo habitado por barajas. Ya de grande, pude interpretarlo de otra manera, un mundo donde las personas se mimetizan con animales y exacerban su conducta como la petición de cortar cabezas o las relaciones de dominación entre amos y lacayos.
         La mejor frase del libro, ya conocida y muy citada:

-¿Me podrías indicar, por favor, hacia dónde tengo que ir desde aquí?
-Eso depende de a dónde quieras llegar –contestó el Gato.



Fuentes
Imágenes de featherlacebooksandhotchocolate y editadas por mí





Pedro Páramo (Mi lectura)


Pedro Páramo
Juan Rulfo
Año 2005
Editorial RM
136 páginas

Isbn 9788493442606 

 Un joven en busca de su padre perdido, un pueblo fantasma y un sin fin de personajes misteriosos y enigmáticos. Esta es la historia de Pedro Páramo, creada por el novelista y cuentista mexicano Juan Rulfo, quien nos presenta en esta intrigante novela ese sabor que caracteriza a los literatos latinos e hispanos: la pasión dramática. Esta apasionante historia nos relata la búsqueda de un muchacho por su padre, quien es el mismísimo Pedro Páramo. Y más que una búsqueda por un padre al cual nunca había visto, Juan Preciado, el muchacho que se aventura a la penumbra de un destino fatal, es la búsqueda prometida a la muerte de su madre, del regreso de aquello que le fue arrebatado, es decir, el cobro hacia su padre por haberles abandonado.

  
La novela fue publicada en 1955 y es la primera novela de Juan Rulfo. Se puede inscribir en la corriente del realismo mágico. Según cuenta el autor, fue escrita en tan solo cinco meses. Considerada una gran obra por autores como Borges y traducida a varios idiomas. Ha sido llevada al cine por Carlos Velo en el año 1967.

  



Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo haría; pues ella estaba por morirse y yo en plan de prometerlo todo. «No dejes de ir a visitarlo —me recomendó—. Se llama de otro modo y de este otro. Estoy segura de que le dará gusto conocerte». Entonces no pude hacer otra cosa sino decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después que a mis manos les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes me había dicho:
—No vayas a pedirle nada. Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio… El olvido en que nos tuvo, mi hijo, cóbraselo caro.
—Así lo haré, madre.
Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.






Tenía pendiente desde hacía años la lectura de este libro. Me decidí a leerlo para indagar cómo se alternaban distintas voces.
         Me atrapó desde la primera página con su manera poética de narrar sobre los acontecimientos y esa multitud de voces misteriosas. Lo leí en un día. Poco a poco me fui sumergiendo en una melancolía, en un murmullo de voces que reclaman desde su tristeza. Es un libro que habla de la vida, de la fragilidad y de las acciones encadenadas, donde jamás estamos solos ya que con nuestro proceder atamos nuestra existencia a la de los demás.

No voy a explayarme mucho en la trama porque contaría demasiado y podría arruinar una lectura. Solo diré que comienza con una promesa, la de un hijo que viaja a Comala para buscar a su padre, Pedro Páramo. Juan Preciado le prometió a su madre, Dolores Preciado, que visitaría a su padre para reclamarle lo que era suyo, suponemos que la herencia. Durante la lectura, vamos reconstruyendo lo sucedido en el pueblo, conociendo a sus habitantes en ese viaje mediante fragmentos que constituyen infinidad de voces unidas por un punto en común.
         Hay presencias constantes como los susurros, el viento  y la lluvia.


La lluvia amortigua los ruidos. Se sigue oyendo aún después de todo, granizando sus gotas, hilvanando el hilo de la vida.



Me encantó la forma como  el autor ha trabajado estos cambios de voces, alternando entre primera persona y tercera persona, incluyendo diálogos, discursos, recuerdos. Al leer sentía que estaba armando un rompecabezas que iba cobrando sentido página a página. Al comienzo eran escenas sueltas que me confundieron pero luego pegaba esa escena con otra y pronto entendía las anteriores. Es una lectura en tirabuzón donde uno va hacia atrás, amplía lo leído y sigue.  Así fue la lectura, sosteniendo piezas para ir armando la historia de un pueblo bajo el liderazgo y tiranía de un patrón: Pedro Páramo.



Hay varias técnicas narrativas. Una de las que más me interesó fue la multiperspectiva por la riqueza que ofrece. El tiempo lineal aparece abolido y es un tiempo inserto en la memoria, con sus reglas de desorden y de saltos por proximidad. Así es posible hablar de una persona cuando era niña y conoció a otra, luego de esa otra persona treinta años después cuando conoció a una tercera, para hablar de esta tercera cuando se suicidó luego de conocer a su marido, y luego el marido conociendo a la esposa años atrás.  Los fragmentos que, parecen a primera vista desordenados, están enlazados, se solapan como cuando tenemos tiempo para pensar y vamos y venimos en nuestros recuerdos que rompen nuestra existencia lineal. Cuando leía, me parecía escuchar esos murmullos como si también estuviera sentada en un rincón de Comala.
                 


LA OBRA HABLA DE

-La vida en un pueblo y el poder de los patrones
-La influencia de las personas, tanto para bien como para mal, hacia los demás, a punto de poder cambiar las vidas.
-La fragilidad de la vida
-Aquellos sucesos que marcan a las personas para siempre
-Las relaciones humanas y la necesidad de vincularnos con otros de manera que afectamos a los demás
-Los poderosos y los desposeídos, las desigualdades sociales
-La tristeza y el rencor
-La búsqueda de la salvación




EL AUTOR HA DICHO SOBRE PEDRO PÁRAMO

Pues en primer lugar, fue una búsqueda de estilo. Tenía yo los personajes y el ambiente. Estaba familiarizado con esa región del país, donde había pasado la infancia, y tenía muy ahondadas esas situaciones. Pero no encontraba un modo de expresarlas. Entonces simplemente lo intenté hacer con el lenguaje que yo había oído de mi gente, de la gente de mi pueblo. Había hecho otros intentos -de tipo lingüístico- que habían fracasado porque me resultaban poco académicos y más o menos falsos. Eran incomprensibles en el contexto del ambiente donde yo me había desarrollado. Entonces el sistema aplicado finalmente, primero en los cuentos, después en la novela, fue utilizar el lenguaje del pueblo, el lenguaje hablado que yo había oído de mis mayores, y que sigue vivo hasta hoy.


Creo que no es una novela de lectura fácil. Sobre todo intenté sugerir ciertos aspectos, no darlos. Quise cerrar los capítulos de una manera total. Se trata de una novela en que el personaje central es el pueblo. Hay que notar que algunos críticos toman como personaje central a Pedro Páramo. En realidad es el pueblo.



No hay páginas allí que tengan que ver con mi persona ni con mi familia. No utilizo nunca la autobiografía directa. No es porque yo tenga algo en contra de ese modo novelístico. Es simplemente porque los personajes conocidos no me dan la realidad que necesito, y que me dan los personajes imaginados.



CONCLUSIÓN

Es una novela corta, de ágil lectura, plagada de voces y de nostalgia. Es ideal para leer en los días de lluvia.  Cierro esta entrada con un fragmento. Más abajo dejo algunas cosas más sobre mi lectura pero contiene spoilers por eso lo separo de esta parte.


Nada puede durar tanto, no existe ningún recuerdo por intenso que sea que no se apague.

 SPOILER
(Subrayar para leer ya que le letra está en blanco)

Juan cumple lo que le promete a su madre, buscar al padre pero como se entera que su padre ha muerto, entra al mundo de las almas, se sumerge en el murmullo. Debe morir para hallarlo y lo halla, su voz se suma al murmullo general en ese pueblo ya abandonado, un pueblo fantasma que el mismo Pedro Páramo dejó morir por venganza. Los muertos aún habitan, arrastran la culpa, sus arrepentimientos tardíos, en ese purgatorio donde hay lluvia y viento. Los animales también han muerto y pasan aún en ese umbral entre la vida y la muerte.
         Al encontrar al padre encuentra a todas las almas que se han encadenado a Pedro Páramo, quien con el poder que ejerció sobre el pueblo aún muertos permanecen bajo su dominio. El autor no confunde, según me pareció, ya que dice en las primeras páginas que han muerto y ese es el purgatorio. Comala es el pueblo de los fantasmas, el tránsito entre lo vivo y lo muerto.
 Fin del spoiler

Fuente de las fotos: Instituto Cultural de León / elpais com





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